Este brevísimo ensayo lo escribí para un seminario realizado en el Programa de Formación Avanzada en Historia de Unearte, a cargo del estimadísimo profesor Víctor González Ñáñez, titulado “Epistemologías de los pueblos de América Latina y el Caribe” realizado entre marzo y septiembre de 2023.
Hybris o hibris, en griego Ûβρις, se refiere a la desmesura, la arrogancia, la soberbia, la prepotencia o el excesivo orgullo, es decir, estados o sentimientos que suelen desembocar en insolencia, irrespeto e, incluso, violencia. En su Historia de la Filosofía Occidental, Bertrand Russell sugiere que luego de la desmesura de los seres humanos contra sus dioses (o la naturaleza), al creerse igual que ellos, eso a la postre provocó un castigo brutal, una forma violenta de reprender al arrogante trasgresor y restaurar el orden natural de las cosas. Aristóteles trata la noción de hybris en varias de sus obras, pero es en su Poética es donde más se extiende, pues el héroe, cuando reta al Dios que lo creó, lo hace embriagado de una soberbia que provoca el entramado de lo que conocemos hoy como tragedia. Por tal razón, Aristóteles sostiene que la hybris es el motor que mueve la pasión humana, no la razón.
Ya en la introducción a su texto Hybris del punto cero (2005), el filósofo colombiano Santiago Castro Gómez denuncia la desmesura y la arrogancia del pensamiento ilustrado al desconocer la espacialidad o territorialidad del pensamiento originario existente en las colonias e imponer como lugar de enunciación único y hegemónico la razón moderna, la cual fue asumida por los pensadores criollos de la Nueva Granada, quienes sirvieron de agentes difusores y ejecutores del pensamiento moderno. Esto permitió que una vez emancipadas las colonias de sus metrópolis, las estructuras institucionales del pensamiento moderno fuera instaurado, institucionalizando también el poder de las élites criollas en los nacientes estados nacionales.