domingo, 10 de noviembre de 2024

Hybris o la arrogancia moderna originaria

Este brevísimo ensayo lo escribí para un seminario realizado en el Programa de Formación Avanzada en Historia de Unearte, a cargo del estimadísimo profesor Víctor González Ñáñez, titulado “Epistemologías de los pueblos de América Latina y el Caribe” realizado entre marzo y septiembre de 2023.

Hybris o hibris, en griego Ûβρις, se refiere a la desmesura, la arrogancia, la soberbia, la prepotencia o el excesivo orgullo, es decir, estados o sentimientos que suelen desembocar en insolencia, irrespeto e, incluso, violencia. En su Historia de la Filosofía Occidental, Bertrand Russell sugiere que luego de la desmesura de los seres humanos contra sus dioses (o la naturaleza), al creerse igual que ellos, eso a la postre provocó un castigo brutal, una forma violenta de reprender al arrogante trasgresor y restaurar el orden natural de las cosas. Aristóteles trata la noción de hybris en varias de sus obras, pero es en su Poética es donde más se extiende, pues el héroe, cuando reta al Dios que lo creó, lo hace embriagado de una soberbia que provoca el entramado de lo que conocemos hoy como tragedia. Por tal razón, Aristóteles sostiene que la hybris es el motor que mueve la pasión humana, no la razón.

Ya en la introducción a su texto Hybris del punto cero (2005), el filósofo colombiano Santiago Castro Gómez denuncia la desmesura y la arrogancia del pensamiento ilustrado al desconocer la espacialidad o territorialidad del pensamiento originario existente en las colonias e imponer como lugar de enunciación único y hegemónico la razón moderna, la cual fue asumida por los pensadores criollos de la Nueva Granada, quienes sirvieron de agentes difusores y ejecutores del pensamiento moderno. Esto permitió que una vez emancipadas las colonias de sus metrópolis, las estructuras institucionales del pensamiento moderno fuera instaurado, institucionalizando también el poder de las élites criollas en los nacientes estados nacionales.

Para explicar cómo funcionó ese ejercicio de poder de las élite criollas, haciéndose del pensamiento ilustrado moderno, Castro Gómez se concentra en la Nueva Granada y cómo estas élites criollas relocalizaron o resituaron este pensamiento. Como él mismo afirma, no se trata de si leyeron bien o mal las obras fundamentales de la modernidad o si calcaron directamente el modelo institucional de la ilustración. Al contrario, se trata de cómo los criollos ilustrados asumieron un nuevo lugar de enunciación (locus) para este pensamiento moderno con la finalidad de construir un sentido “localizado” y, por ende, no foráneo. 

A partir de esa noción de construcción de sentido, en su propuesta un lugar preponderante lo ocupa el lenguaje y cómo éste no solo representa la realidad, sino que la construye. Si entendemos el pensamiento ilustrado como discurso, el cual fue asumido y relocalizado por las élites criollas, entendemos mejor el ejemplo que usa de una “Gramática general”, la cual se funda en el supuesto de que la estructura de la ciencia (fin último de la modernidad) posee una analogía con la estructura del lenguaje, y que ambas son un reflejo de la estructura universal de la razón, en este caso, la razón moderna. Un discurso, cuyo eje fundamental fue la racionalidad moderna, la cual asumida y utilizada para la independencia pero también para la instalación de una estructura institucional de poder, ejercido ahora no por la metrópoli sino por las élites locales.

Así triunfa, no un grupo hegemónico foráneo, sino una política imperial del lenguaje que llegará a sustentar el denominado por Castro Gómez, siguiendo propuestas como la de Wallerstein, un “Sistema-mundo moderno colonial” que luego se convertirá en el “Sistema-mundo moderno capitalista”.

Para acercarse a la realidad estudiada, en el texto que comentamos Castro Gómez parte de tres coordenadas categoriales. Lo que busca el pensador colombiano, a nuestro parecer, es detectar o precisar cómo se instaló y funcionó en el colectivo, a partir de la relocalización que hicieron las élites del pensamiento moderno, esa construcción de sentido y esa asimilación de los postulados de la ilustración.

En primer lugar, toma la noción de habitus del francés Pierre Bourdieu, quien desde su propuesta sociológica del capital cultural, denomina habitus al conjunto de “disposiciones" o esquemas de obrar, pensar y sentir asociados a una determinada posición social. En otras palabras, Castro Gómez ve en la noción de Bourdieu las formas y canales usados por las élites para imponer unos esquemas de pensamiento, los cuales harán suyos y, por ende, promoverán y defenderán.

En segundo lugar, asume el concepto de biopolítica del pensador francés Michel Foucault, pues creemos que ve en la propuesta de éste cómo ese habitus alcanzado se convierte en una política de control sobre la vida de los habitantes en las colonias. Se trata de una forma de ejercer el poder no sobre los territorios, sino sobre la vida de los individuos y las poblaciones. Esta conceptualización del pensador post-estructuralista resulta conveniente desde el punto de vista teórico para explicar la esencia de la colonialidad, como un estadio posterior a la colonización. 

Precisamente, en ese sentido, Castro Gómez toma el concepto Colonialidad del poder, trabajados por los pensadores Aníbal Quijano, Walter Mignolo y Enrique Dussel, como un objetivo a vencer desde sus propuestas de una Filosofía de la Liberación Latinoamericana. La Colonialidad del Poder es un término dispuesto por Quijano para caracterizar un patrón de dominación global propio del sistema-mundo moderno/capitalista originado con el colonialismo europeo a principios del siglo XVI y que podría representar un efecto histórico, que aún persiste, de esa relocalización del pensamiento ilustrado que hicieron las élites criollas en el siglo XVIII y que Castro Gómez toma en este libro como objeto de investigación.

¿Pero por qué Hybris? Porque ese locus ilustrado, asumido por las élites criollas de entonces, se impuso históricamente con desmesura, soberbia e, incluso, violencia. Y, a pesar de haber alcanzado un ejercicio de poder permanente (biopolítica) y un patrón de dominación hegemónico (colonialidad del poder), esa arrogancia moderna originaria hoy en día se encuentra en peligro, a la espera de un castigo de los dioses que la crearon.

Bibliografía

BOURDIEU, P. (1998). La distinción. Criterio y bases sociales del gusto. Madrid: Taurus.

CASTRO GÓMEZ, S. (2005) Hybris del punto cero. Bogotá: Editorial Pontificia Universidad Javeriana.

FOUCAULT, M. (1997) El nacimiento de la clínica. Una arqueología de la mirada médica. México: Siglo XXI.

ROMERO LOSACCO, J. (Comp.) (2020). Pensar distinto, pensar decolonial. Caracas: Editorial El Perro y la Rana. 




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