jueves, 14 de junio de 2007

Presentación

Esta presentación fue preparada para un taller literario que inicié en Internet...

Je me présent

Suficiente incompostura presentarme ante invisibles. Sin embargo, saberme ante seres a los que tal vez nunca veré sus rostros me concede cierta osadía, cierto arrojo. Soy, como nuestro incorpóreo coordinador, dado infructuosamente a situaciones inusitadas e inverosímiles para las presentaciones. He estado de incógnito “declarado” en eventos sociales o, peor aún, de invisible (como ustedes en este momento), con la única y osada finalidad de no desnudarme, de no mostrarme, mucho menos cuando tengo la responsabilidad pública de no “aparecerme” (periodista en ejercicio, organizador de eventos). Salvo en las aulas donde he tenido periódicamente la incompostura de presentarme por obligación, no soy amigo de las autopresentaciones. Pero la situación obliga y nuestro también intangible amigo Perec nos da una luz para lanzarnos a enumerar una suerte de atributos que nos dibujan o, peor aún, nos desdibujan, para volvernos tan imperceptibles e intangibles como ustedes que ahora leen estas líneas y me hacen visible por un momento gracias a la magia de las palabras. Así las cosas, je me présent

Me gusta el francés aunque realmente asistí hoy a mi “primera” cuarta clase en la Alianza Francesa de Caracas, me gusta la literatura, me gusta dar clases, me gustan los rostros sorprendidos de los alumnos cuando les revelas un secreto, me gusta escribirte, me gusta que me leas, me gusta contemplar los ojos grandes de mis dos hijos, me gusta el universo cortazariano, me gusta adentrarme en las tribulaciones de Sartre, me gusta mi chaqueta de piel, me gusta que me quede mucha vida por delante, me gusta no estar ahora agobiado de trabajo (lo cual me permite la aventura literaria de este taller), me gusta ver mi casa cada día más atestada de libros (por leer, por escribir), me gusta la risa de los niños de mi patria, me gusta imaginarme caminando por París y Madrid, me gusta saberme periodista, me gusta la marioneta del Quijote que compré en Praga y que me observa mientras escribo estas líneas y, sobre todas las cosas, me gusta La Habana, la música e imaginarme que algún día seré lo que alguna vez fui…

No me gusta aprender tan despacio el francés, no me gusta que la literatura sea menospreciada por los jóvenes, no me gusta los que tienen algo más importante que hacer que escucharme en clases, no me gusta los que no se sorprenden cuando les revelas un secreto, no me gusta que mi texto no te guste, no me gusta que no tengas tiempo de releerme, no me gusta estar lejos de la mirada de mis hijos, no me gusta quien no entiende el universo de Cortázar, mucho menos que algunos no entiendan las angustias existenciales de Jean Paul, no me gusta que haga calor y mi chaqueta me moleste, no me gusta temer estar sin trabajo, no me gusta tener tanto que leer en tan poco tiempo, no me gusta el disgusto de los jóvenes de mi Patria, no me gusta no ver París ni Madrid en vacaciones, no me gusta saberme aún no-escritor, no me gusta no estar en Praga en este momento y, sobre todas las cosas, no me gusta Washington, el silencio y ser en este momento quien no quería ser…