domingo, 3 de agosto de 2008
Crítica cómplice según yo
Crítica cómplice. Así tituló Alianza Editorial el libro que recopila todas las críticas y reseñas literarias que escribió por años Mario Benedetti en diversos diarios de América Latina y España. Le llamó así para disculparse de que a fin de cuentas las "críticas" no eran tan críticas y la "reseñas" no buscaban otra cosa sino celebrar la aparición de un título importante o la fruición que sintió al leer algún texto de un amigo o colega admirado.
Así haré lo que pretendo comenzar aquí en el blog. Una crítica cómplice, cercana, sin posturas, sincera y desestresada de lo que esté leyendo en este momento.
No esperaré a terminar un libro, estudiar al autor, revisar la bibliografía sobre él (o ella ... qué machista), hacer fichas, llamar a un amigo, buscar las críticas precedentes y ensayar varios borradores antes de una versión final. Esto es un blog y se supone informal. Por lo tanto, describiré simplemente lo que ocurrió durante o después de la lectura.
Intentaré "mostrar" lo que me "hizo" la lectura del libro. Apelaré únicamente a mi experiencia previa (por eso no revisaré fuentes distintas al sentimiento y a la complicidad). Pura intuición.
¿Por qué hago esto? Porque he leído libros últimamente que me han impactado y enseñado, pero no he escrito sobre ellos precisamente por el estrés de querer hacer algo "especial". ¡Especial, la mierda!, diría Pedro Juan Gutiérrez, uno de los escritores que leo en este momento.
He dejado de "reseñar" (en complicidad) libros excelentes, impactantes y transformadores de Bolaño, Cercas o Vila-Matas, esperando no sé qué...
Es hora de soltar la corbata, sorber un poco de elixir demoníaco y no pararle bolas a nada. Escribir, como dice mi pana Eloi, escribir.
Bueno, iba a empezar ahora, pero como dice nuestro querido Bartebly: "Prefiero no hacerlo". Empiezo mejor mañana... Si me acuerdo.
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