martes, 31 de julio de 2007

Sicko de Michael Moore

Acabo de ver esta película que seguramente no verán las venezolanas y los venezolanos en las cómodas salas de cine del Sambil o del Tolón, pues la Asociación Americana de Cinematografía no aprobó su distribución en países como el nuestro. Qué casualidad, esa misma institución norteamericana que intentó sin éxito (a través de lobbys, extorsión y chantajes) impedir que contáramos con nuestra nueva Ley de Cinematografía Nacional.

Menos mal que existe Amazonia Films... Y menos mal que existen los buhoneron que la están vendiendo en una versión que se ve muy bien a cinco mil bolívares.

No hay que hacer comentarios sobre la película. Sólo que nos enseña la cruda realidad del sistema de salud de Estados Unidos, su explotación "comercial-salvaje-capitalista" y cómo el gobierno de Mr. Bush ha hecho que más de 50 millones de ciudadanas y ciudadanos de ese país no cuenten con ningún tipo de asistencia médica. Oígase bien: ningún tipo de asistencia médica.

En los EEUU no hay hospitales gratuitos como en Cánada, Inglaterra, Francia y Cuba (eso lo muestra de manera irónica esta película). Ah, en Venezuela, nuestros hospitales (con todas sus históricas deficiencias y recientes logros) son gratis, a pesar de que se intentó su privatización a mediados de los '90.

Las personas que ven de manera entusiasta ER, las doñitas que en los '70 se enamoraron del doctor Ben Kasey, quienes vieron a Meg Ryan salvando vidas en la mala versión de la película de Wenders, entérense que los servicios de atención hospitalaria de ese país, en los que laboran estos héroes mediáticos, son parte de una lógica capitalista salvaje que sólo buscar obtener más y más dinero.

La gente ha criticado este documental porque pretende mostrar que el sistema cubano de salud es mejor que el estadounidense. Tal vez no sea así, pero al menos éste pone en primer lugar la atención del hombre...

Gracias al cielo y todos los santos que también existe YouTube, pues nos permite apreciar un fragmento de la película.

Justo en el que el gordo y pana cineasta antibush (gracias a Dios también alguien lo hace dentro de su propia patria) llega a Cuba a buscar ayuda para los rescatistas del 11 de septiembre de 2001, quienes luego de arriesgar sus vidas entre los escombros no han sido atendidos "por no contar con un seguro médico".