sábado, 13 de noviembre de 2021

¿Libro digital vs. libro físico?

 


Creo que una debilidad argumentativa en torno a la polémica que se ha planteado, a partir de la última Filven (2021), entre el libro digital y el libro físico, es que ésta se ha centrado en preferencias particulares y no en los evidentes cambios paradigmáticos que se han generado con la revolución digital de los últimos 30 años y que ha modificado radicalmente las formas de conocer (Martín Barbero dixit).

Asimismo, creo que la discusión se ha quedado en una defensa del libro como objeto, del continente, y no hay reflexión sobre lo más importante: los contenidos y las posibilidades infinitas, transmediáticas, envolventes, integradoras y de acceso a la información que ofrece (e impone) la realidad transmediática actual.

El libro como objeto no es más que un medio. No es el fin. Es la misma discusión sobre defender o no la televisión abierta, la cual se modificó con la llegada de la televisión por suscripción (cable) y que ahora está a punto de desaparecer por el streamming. El libro como objeto no es más que el soporte.

No ha cambiado el libro como continente de información. Lo que ha cambiado es el soporte, las vías y formas de acceso al conocimiento.

Y no es la primera vez que ocurre esto en el devenir de la humanidad. La misma polémica se planteó en el paso entre la oralidad a la escritura...

Lo mismo que se le acusa al libro digital, se le acusó mucho antes al libro material cuando se inició su reproducción artesanal y qué decir de su reproducción en serie...

Decir, “me gusta el libro físico porque me gusta sentir las páginas, olerlo y atesorarlo” habla del objeto, del continente, no de los contenidos, del conocimiento y de la información.

Y de eso poco o nadie ha hablado...

 

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